martes, 26 de febrero de 2013

En proceso



Estoy disgustado conmigo mismo. Me he chocado de bruces con una realidad. Tengo que mejorar mucho. Lo bueno es que estoy decidido a hacerlo.  Pero no a lo loco, de un modo abstracto sino programando y fijando objetivos concretos. De una manera armónica, porque hay muchos frentes: cultural, económico, profesional,  familiar, interior…
Yo debo ser un poco mediocre, y estoy en contra de la filosofía de Yoda “hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”. Creo  precisamente en que la gesta no está en el resultado sino en la lucha, en el proceso.  Actualmente estoy viendo una serie norteamericana “House of Cards”.  El protagonista absoluto es Kevin Spacy      .  Representa a un ambicioso congresista americano dispuesto a todo por alcanzar el poder.  Le acompañan en la aventura dos mujeres no menos ambiciosas, su mujer y una joven periodista. Me encanta. Sin embargo espero nunca llegar a confundir el fin con los medios.  Y creo –por convicción absoluta- que la meta a cualquier precio no puede ser el objetivo, sino la lealtad a los principios.  Y de verdad lo creo.  Sin embargo no puedo, no debo renunciar a una sana ambición por mejorar en un mundo complejo.  Hasta en la Biblia se recoge:   Yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas.”

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