jueves, 26 de marzo de 2009

Aurea mediocritas

Cada vez admiro más la normalidad. ¿personas normales?. El caso es que casi no quedan. De hecho son tan singulares hoy en día que se convierten en “raras”. No digo diferentes, digo “raras”. (Fito dixit).

Personas que madrugan, trabajan, piensan antes en su familia (padres, hijos, hermanos...) que en sí mismas. Sin darse importancia ni considerarse el centro del cosmos. Su vida discurre entre trabajo, esfuerzo, sonrisas y sacrificios...

Realzan, por contraste, más si cabe, frente al modelo “Antoñita la Fantástica” que tiene que ser el centro de todo. Si tienes un problema del tamaño de una manzana, ellas lo tienen del tamaño de una calabaza;si te duele un dedo, a ellos el brazo; si llevas un disgusto a cuestas, ellas una tragedia griega... Recorras el camino que recorras ya han pasado por allí y te pueden explicar qué sientes... (porque tú no lo sabes...) Incluso interpretan tus miradas, sin que tus argumento puedan ser óbice para otra explicación...

Ayer que no fue un día maravilloso, laboralmente hablando, recurría a llamar a varias personas "normales" –aparentemente, aunque nunca se sabe-... Una especie de salvavidas emocional. Qué gusto pensar que puede quedar todavía gente así.... Divino Horacio con su áurea mediocridad...

miércoles, 25 de marzo de 2009

Crisis

Hale, a reflexionar un poco... y aprendamos de los listos...
CRISIS
"No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche. Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado". Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violentasu propio talento y respeta más a los problemas que las soluciones.
La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisisdonde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Hablar de Crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.
En vez de esto, trabajamos duro. Acabemos de una vez con la única crisisamenazadora: la tragedia de no querer luchar por superarla"
Albert Einstein
Si al final estoy deseando que me echen de Gran Hermano...

martes, 24 de marzo de 2009

Llamada inesperada

Después de la entrada anterior, cualquiera escribe una palabra.

Instalados en la incertidumbre, la inestabilidad comienza a ser lo habitual.

Hoy me ha sorprendido una llamada clandestina de una antigua amiga –quizás examiga por el poco trato que tenemos ya- . No se lo permite su better half por lo visto. La llamé un par de veces a su regreso del otro lado del Atlántico. Siempre era un mal momento y no podía hablar, así que entendí su silencio como una respuesta. Habitualmente lo es, aunque nos empeñemos en lo contrario.

Como no he podido o no he querido coger su llamada, -el teléfono me revelaba arteramente su identidad- me ha mandado un mensaje explicando su largo silencio. Lo más interesante : “...Nos desgastamos solucionando problemas contra viento y marea”. Mi amiga o examiga convertía –confío en que aún lo haga- lo cotidiano en épico, a ella en Juana de Arco y normalmente a mí en siervo de la gleba.

domingo, 15 de marzo de 2009

La vida

Cuanto estuve una temporada perdido, un amigo me recomendó este artículo de Andrés Ibáéz. Me recordó lo importante que somos. Disfrutadlo


PUEDES HACER LO QUE QUIERAS


Algún día estarás muerto y ya no podrás hacer nada, al menos en este mundo, y hubo una época, hace años, antes del momento de tu nacimiento, en que no estabas aún en este mundo, no estabas vivo, y entonces no podías hacer nada (al menos en este mundo), pero ahora estás vivo, puedes hacer lo que quieras. Tienes límites: no tienes alas, no puedes volar, no puedes respirar debajo del agua, pero esos límites no son realmente carencias, sino tu forma, tu forma humana. Es cierto que no puedes volar, ni atravesar las paredes, ni mover los objetos a voluntad, es cierto que cosas que son mucho más fáciles, o que al menos son posibles para otros, a ti te parecen imposibles o casi imposibles (lograr el amor de un cierto hombre o de una cierta mujer, escribir un libro, tener un hijo, dejar el alcohol), pero siempre hay cosas que puedes hacer y que no haces.
Puedes tomar decisiones. Puedes cambiar cosas. Siempre puedes cambiar cosas, buscar, cambiar, siempre, aunque estés encerrado en el corredor de la muerte, porque estás vivo y puedes hacer lo que quieras. Siempre piensas, por puro hábito retórico, en situaciones límites: en volar, en ser inmortal, en estar encerrado en una prisión. Cualquier cosa con tal de evitar pensar en tu situación real, en la situación en la que estás ahora mismo.

TODOS LOS HOMBRES. Pero no pienses en los otros, no pienses en esos ejemplos meramente teóricos. Piensa en ti, en tu situación actual. Te sientes atrapado. Sientes que es imposible lograr lo que deseas, que todo ha sido ya decidido. Estás vivo, pero estás viviendo como si estuvieras muerto, o como si estuvieras muriendo, o como si tu muerte estuviera próxima. Pero estás vivo, y aunque te resulte extraño pensarlo, puedes hacer lo que quieras.

La humanidad, de la que habrás oído hablar, las grandes civilizaciones, los grandes emperadores y reyes del pasado, las grandes batallas, las gestas, los descubrimientos, las hazañas y las conquistas, nada de eso existe. No existen ni César ni Alejandro, ni los 300 de las Termópilas. No existen los egipcios ni Moisés, no existen Galileo ni Copérnico. Existes tú. Tú eres la civilización. Tú eres la humanidad. Eres todos los hombres. Eres quien está vivo. Los otros no están vivos. Alejandro no está vivo. Bach no está vivo, y no puede hacer nada. Tú sí. Estás vivo, y puedes hacer lo que quieras.

Estás vivo ahora, y durante un breve espacio de tiempo. Es breve si lo comparamos con la vida de las estrellas, pero nosotros lo vivimos como un tiempo interminable, como largas tardes, como largas noches, como largos viajes, como largas esperas, como largas esperas, porque siempre estamos esperando. Esperando a que llegue, esperando a que termine, esperando a que empiece. Nuestro aburrimiento es un escándalo. ¿Cómo podría ayudarnos nuestra alma cuando estamos aburridos? Ella no comprende esos sentimientos nuestros.

SUEÑOS DE MÁQUINAS. Hemos descendido aquí para vivir una aventura pero no la vivimos, estamos aburridos, estamos esperando, estamos desanimados. Nada es como deseábamos. Entramos en una época en la que será cada vez más difícil sentir que estamos vivos. La vida de nuestro cuerpo, de nuestras emociones y de nuestra imaginación entra en el terreno de la fantasía y del sueño de las máquinas. Nos estamos convirtiendo en sueños de máquinas y estamos dejando que nuestra vida se convierta en vida virtual. Pero esta nueva dificultad no es más que una forma nueva del sueño en que siempre hemos vivido. La revolución cibernética no hace sino revelarnos con toda la crudeza de una caja de metal llena de resplandores eléctricos, que vivimos una vida pasiva y que dejamos pasar los días como si estuviéramos muertos, sin ser capaces de recordar que estamos vivos y podemos hacer lo que queramos.

Algunos han llegado a sospechar que quizá no estemos vivos, que quizá nuestra vida no sea otra cosa que la suma de sueños y recuerdos de lo que éramos cuando estábamos vivos. Eso explicaría esa cualidad de irrealidad y de sueño que tiene a menudo nuestra existencia. Pero no es cierto, no estamos muertos aunque vivimos como si lo estuviéramos. Estamos vivos, podemos hacer lo que queramos. Entonces, ¿qué te detiene? ¿Qué me detiene? ¿Por qué no actúo? ¿Por qué no tomas las riendas de tu vida? Te posee una curiosa pereza, una extraña lasitud. No te das cuenta de que estás vivo y puedes hacer lo que quieras.
________________________ Andrés Ibañez

jueves, 12 de marzo de 2009

Día express

Ha empezado el baile en la empresa....Los tambores de incertidumbre retumban. Clarines de expulsión.... A ver dónde termina esta fiesta. ¿Cuántos estaremos invitados? Mañana día de nominaciones.

Estoy echando humo hoy...Voy derrapando... hasta arriba de lío y dolor de cabeza. No hemos valorado suficiente Barrio Sésamo. A un tipo le pides un documento en verde, y es capaz de recorrer todo el arco cromático pantone exceptuando el maldito verde que es lo único que le estás pidiendo... Y encima levantisco.

Estoy deseando que llegue el fin de semana para olvidar el mundo, descansar y lamerme las heridas.

Mi sexto sentido sigue fallando. Esperaba un par de llamadas o correos y sólo mi móvil sonriendo estúpidamente me recuerda que es moviestar quien se acuerda de mí...
Aún así cierro los ojos y disfruto, echando de menos a alguna persona especial. Por fin una sonrisa. Gasolina de la vida.
Mañana empiezo una nueva vida, una vez más.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Recuerdos

Este desaliño existencial que nos caracteriza trufado de malas noticias me ha sorprendido, inopinadamente, recordando tiempos de vino y rosas... ¿o no tanto?

Hay personas que te marcan de modo indeleble, por poco tiempo que hayan participado en tu vida. Se da también el caso contrario. Personas que activamente han formado parte de tu vida y desaparecen. Su recuerdo es evanescente y no ocupa en tu memoria ni un segundo diario. El olvido no es voluntario ni opcional.

Olvidar a alguien no es un proceso sencillo ni consciente. No es un interruptor digital que se apaga o enciende. Es una cuestión analógica de hábito. Primero se van distanciando más los encuentros, después las llamadas, por último los recuerdos. En ocasiones ni siquiera hay una causa justificada, tan sólo dejadez, orgullo o falta de tiempo. Por el espejo retrovisor de mi memoria se asomó una persona que fue un nodo vital y que ahora es un fósil inerte en mis sentimientos. Me siento mal por no sentir, por no ser yo, casi deshumanizado.

Hacernos trampa en el solitario no conduce a nada, pero no nos gusta aceptar fracasos. Estoy persuadido de que una amistad basada en dos felicitaciones al año y un par de encuentros multitudinarios con las respectivas parejas desconocidas no es lo que yo entiendo por sólida relación de confianza, por muchos ornatos y explicaciones que arguyamos. Al final el kiosquero conoce más tu día a día –que es tu verdadera vida- que tu “mejor amigo” congelado hace quince años. Nada dramático, sólo real. Más “cornás” da el hambre.


¿será verdad?


No sé si será cierto, pero a mí me lo parece. Las personas solteras, o mejor dicho sin pareja suelen ser mucho más divertidas e interesantes que los que tienen una relación sentimental estable. Y es que la propia selección natural hace que dediquen ese tiempo no solicitado por una relación exclusiva, a miles de actividades, aficiones, estudios, juergas... Tienen una predisposición indiscriminada a realizar planes diversos sin tener que consultar al “Estado Mayor”.

La paradoja se produce cuando comprobamos que en un alto porcentaje esa conducta va dirigida con todo el ahínco posible a conseguir cruzar la frontera y conseguir una relación estable.

jueves, 5 de marzo de 2009

cansancio

Día de mucho trabajo y mucho ssssssss3.

A pesar del frío, invitaba a unas cervezas a cambio de unas risas....

Por cierto, estoy harto del frío!!