Después de la entrada anterior, cualquiera escribe una palabra.
Instalados en la incertidumbre, la inestabilidad comienza a ser lo habitual.
Hoy me ha sorprendido una llamada clandestina de una antigua amiga –quizás examiga por el poco trato que tenemos ya- . No se lo permite su better half por lo visto. La llamé un par de veces a su regreso del otro lado del Atlántico. Siempre era un mal momento y no podía hablar, así que entendí su silencio como una respuesta. Habitualmente lo es, aunque nos empeñemos en lo contrario.
Instalados en la incertidumbre, la inestabilidad comienza a ser lo habitual.
Hoy me ha sorprendido una llamada clandestina de una antigua amiga –quizás examiga por el poco trato que tenemos ya- . No se lo permite su better half por lo visto. La llamé un par de veces a su regreso del otro lado del Atlántico. Siempre era un mal momento y no podía hablar, así que entendí su silencio como una respuesta. Habitualmente lo es, aunque nos empeñemos en lo contrario.
Como no he podido o no he querido coger su llamada, -el teléfono me revelaba arteramente su identidad- me ha mandado un mensaje explicando su largo silencio. Lo más interesante : “...Nos desgastamos solucionando problemas contra viento y marea”. Mi amiga o examiga convertía –confío en que aún lo haga- lo cotidiano en épico, a ella en Juana de Arco y normalmente a mí en siervo de la gleba.
1 comentario:
¡¡Qué suerte!!
Ella volverá a ser Juana de Arco y tú un siervo de gleba.
Me alegra saber que tu vida no será aburrida ni compleja a partir de ahora.
No pudo pasar en mejor momento.
Efg
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