Quien lo probo lo sabe

Ayer fui a ver una obra de teatro. Los intérpretes eran exalumnos de una escuela de arte dramático. Se titulaba “Quien lo probó, lo sabe”. En el teatro Lara, por el centro de Madrid. Reconozco que no tenía muchas expectativas puestas en que me fuera a gustar, pero como iba invitado tampoco era cuestión de exigir. Afortunadamente, estaba errado en mis vaticinios. Mejor de lo esperado.

Una serie de sketchs sobre el amor, la infidelidad y las pasiones con ciertas dosis de humor no grueso. Algo desenfadado, sin intentar arreglar el mundo, no brillante pero sí correcto.

Luego salimos a tomar una cerveza. Hacía mucho que no nos veíamos. Verdaderamente me sentí disfrutando con mis amigos, sonriendo, metiéndonos unos con otros, contando los planes de cada uno y arreglando el mundo. Un buen momento de los que te hacen sentir que eres afortunado.