Efectivamente mi vida es gris, últimamente gris oscuro. Y es que me he entretenido viendo Lost y he llegado a la conclusión de que mi vida no es de serie norteamericana.
No he matado a nadie, no he sobrevivido a un accidente de avión. No tengo el vientre plano ni una piel como las de esos tipos que en situaciones precarias de presión y temperatura desafían el culo de un tierno bebé. Además cotidianamente no me amenazan con una pistola o un revólver. Las mujeres que me rodean no tienen esos pechos turgentes ni esa dentadura que desafía a la mismísima Antártida. No tengo superpoderes y mis viajes en el tiempo son hacia delante al ritmo del reloj de la Puerta del Sol.
Dejé la serie y leí parte de la trilogía de Millenium. Casi peor. Una tipa que no ha estudiado en su vida, con fracaso escolar es capaz de resolver problemas matemáticos de primer orden, con unas capacidaes prodigiosas, memoria fotográfica de miles de páginas ser un haker y conseguir 3 millones de coronas suecas. O un periodista cuarentón, atractivo y con principios que se empuja todas las mujeres que se le presentan y tan amigos oiga. Con el esfuerzo que yo dedicaba y dedico a aprender cuatro cosas... Y encima se me olvidan!. ASí que mi vida tampoco es de thriller sueco.
Y el caso es que yo creía que la emoción de llegar a fin de mes, manter una relación emocional estable o de jugar a que no te echen era intensa... Debe ser una sensación española.
Así que aquí estamos y qué le voy a hacer si en vez de ser como Marlon Brando soy como Alfredo Landa. Que también tiene su público.
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