lunes, 17 de diciembre de 2007

Cenas navideñas

En estos días se reproducen inmisericordemente las consabidas cenas de navidad. Opulentos y pantagruélicos encuentros gastronómicos en donde hasta los más recalcitrantes al buen yantar aumentan el colesterol y el peso. A todos nos parece una desmesura, pero no nos perdemos ninguna. Y es que una vez puestos, ¿a qué intentar no pasarse? si a por rolex, a por rolex y si toca comer, pues a comer, que a eso hemos venido. O ¿no suena un poco moña pedir unas hojas de lechuga y un arroz cocido?.

Habría que repensar esto de organizar todas las cenas en tan sólo dos semanas, porque a duras penas da tiempo a disfrutarlo. Lo que es principal y a muchos se les olvida es que a esas cenas hay que ir con comensales adecuados, que te permitan disfrutar, y por supuesto hablen de comida y bebida mientras se saborean los platos. Los melindrosos y cuidadosos de su cuerpo, habría que dejarlos haciendo footing alrededor del restaurante.

Hay una variedad interesante, que es la cena de empresa, que no se sabe si es trabajo u ocio, ni chicha ni limoná. En mi caso, parece una boda. Es animado ver a todos con sus mejores galas, y más divertido cuando pierden algunos los papeles con el baile y la bebida. Algunos displicentes, los días previos, muestran mohínos su falta de interés, pero en el fondo, destilan unas ganas locas de que llegue el momento. Pura hipocresía... Los discursos con sus correspondientes codazos, miradas y risitas, cotilleos, forman parte de la liturgia, así como alguna sonrisa de tiburón... A veces hasta redescubres a las personas: resulta que una tiene piernas, otro hasta se puede vestir de persona, (con corbata y todo), otra se ha dado dos manos de pintura y no hay quién la reconozca bajo esos dos centímetros de titanlux, algunos confirman los peores augurios y no tienen solución...

Por otro lado y abundando en esto de las comidas navideñas, me parece tremendamente divertida la polémica del conejo. Y no por el hecho de que se recomiende tomar conejo o coles de Bruselas, (no tengo nada en contra de la cunicultura) sino porque verdaderamente se abra un debate que tan sólo existe en los medios de comunicación. Me parecen noticias estúpidas de las que aún me pregunto quién es el que les da pábulo. Cada uno llegará hasta donde el bolsillo le deje. Y de una mala, a ejercer de italianos y comer lentejas...

1 comentario:

Maestra Jedy dijo...

Es Navidad..........tiempo de felicidad