miércoles, 14 de mayo de 2008

Esperanza

Llamada final por megafonía.
Llegó corriendo al último vagón.
El tren arrancó lentamente.
Las preocupaciones comenzaron a invadirla.
Salían de la ciudad en una mañana oscura y lluviosa.
Las lágrimas surcaban sus mejillas, el sufrimiento su corazón.
Desfilaban los paisajes a velocidad de vértigo.
Igualmente, el cáncer devoraba su vida.
Una niñita rubia en el asiento de enfrente jugaba a las muñecas.
Le arrancó una sonrisa inevitable.
El sol se abrió pasa entre las nubes oscuras y acarició dulcemente su rostro.
Lucharía contra la maldita enfermedad y vencería.
El tren llegó a su destino
Ella también: la esperanza

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo hizo, no podía ser de otra manera.
Me preguntó si puede hacer cualquier cosa que le proponga.

Maestra Jedy dijo...

Principio de una amistad
8:00 en punto. Ya viene. Él no está. Quizás no le vea más. Imposible, tres meses, el mismo tren y el mismo recorrido. Ayer le quedan pocas páginas del libro. Un mundo feliz de Aldous Huxley. ¿Habrá empezado una nueva lectura? Giro la cabeza. ¡Piiii! ¡Corre!, ¡corre! No le ha dado tiempo, mañana…
Le observo. Escucho música, no parece percatarse de mi presencia.
8:00 en punto. Ahí está. Me sentaré al lado. No lee. Me mira. Me mira descaradamente…Mete la mano en la mochila, saca un libro. Y sonriendo me dice:
.- Te lo regalo.

Anónimo dijo...

Uno, me parece buenisimo, el otro mediocre.

Y yo, simplemente leo. Intento que el sufrimiento desaparezca de mi corazón. Seguramente cuando eso ocurra, dejare de existir.