lunes, 4 de febrero de 2008

El carnaval

A mí, en principio, las celebraciones me parecen bien tirando a muy bien. Pero sin fanatismos. Incluyo en estos términos al carnaval. Que la gente se disfrace es algo divertido, ocurrente e incluso deseable. Líbelula, condón, destornillador ... la imaginación no conoce fronteras.

Yo, como soy un raro, no participo de este afán de camuflaje en formas ajenas. Pero eso no quiere decir que no aprecie las chirigotas de Cádiz. Verdaderamente tienen chispa. El despliegue de medios en los concursos del carnaval canario es también espectacular. Siempre me he preguntado quién paga a los diseñadores, estilistas, sastres... si es público o privado... En serio, no hay manera de averiguarlo.

Aún así, me parece más seductor el carnaval de Venecia, sobre todo por el buen gusto y la elegancia. En cambio detesto el lado chabacano y soez. Suele ser el que aparece en los telediarios cuando hacen entrevistas a la gente borracha que atiborra las calles. Es característico un afán completamente desmedido en algunos hombres por disfrazarse de mujeres con pechos de niñera asturiana. Y a tod@s les hace una gracia descomunal. La versión oficial que sacan a flote toda esa represión que la sociedad les obliga a acumular. En serio, no lo entiendo. Yo no me lo trago. Tipos con una barba cerrada de legionario, alcoholizados, con enormes pelucones, untados con pinturas grasientas y sudando como gorilas mostrado su verdadero yo... es que se me saltan las lágrimas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo lo que dices, y menos aún por que lo dices, la psicologia barata es mezquina.

Me sorprendes.
Aúnque he de decir que a mi me pasa lo mismo con los santurrones de Semana Santa.

Anónimo dijo...

Este año, por lo que leo, creo que no has disfrutado del carnaval. Las fiestas son para disfrutarlas, no hagamos un estudio sociológico al respecto por favor.
Seguramente cada disfraz vaya asociado a un rasgo oculto de nuestra personalidad, o de nuestra frivolidad dependiendo del caso. Pero.....¿Que mas da?.
El viernes había una pachanga en sol, nadie bailaba, nadie iba disfrazado, solo se hacían fotos con el móvil, un asco vamos.
Ojalá en Madrid hubiese alguna fiesta de arraigo, de siempre, de la que maman los peques porque la han mamado los padres y sus abuelos.
Aquí la fiesta es la del copeo, que está muy bien, pero estaría mejor tener un carnaval, o un San Fermín o una Semana Grande o algo.
Por cierto ¿qué has hecho con el disfraz del Zorro?