viernes, 29 de febrero de 2008

Compromisos bloggeros


Uno de los propósitos de este año 2008 que me he hecho a mí mismo es escribir en el blog de una manera moderadamente habitual. Sin pausa pero sin prisa. He considerado que 2 veces por semana es una cantidad razonable, así que nos da unas ocho entradas al mes.

Gracias a que este año es bisiesto creo que podré cumplir el objetivo de febrero. Hay gente en mi entorno que considera que este enfoque de objetivos evaluables es un poco germánico y castrante. No puedo estar más en contra.

Muchas veces estamos todos de acuerdo en que hay que ser buena persona, tolerante, comprensivo y bla bla bla. Dentro de nosotros encerramos una multitud de posibilidades. Existen además, numerosos campos entrelazados y colindantes. Unos afectan a otros. Es como una tela de araña, de tal manera que tirando del hilo profesional, podemos llegar a perder vida familiar y/o viceversa. Mi planteamiento es que no hay que ser mejor que nadie, tan sólo sacar a flote lo mejor de nosotros mismos, llevando en paralelo las distintas facetas de la vida. Y sobre todo hay que optar, decidir. Y hasta el no decidir es una decisión. Evidentemente, hay una parte de nosotros, que ya está hecha, es invariable, pero hay otra que vamos esculpiendo, modificando, forjando...

Ese trabajo sobre nosotros mismos es duro y difícil, pero si verdaderamente queremos explotar las posibilidades que acumulamos hay que llevarlo a cabo. Hay que poner patas, cimientos a ese edificio de buenas intenciones. Para ello, descendiendo del mundo platónico de las ideas al aristotélico de las realidades –aún me fascina lo listos que fueron los griegos, con lo desastre que son hoy- hay que ponerse compromisos evaluables. Cuando no se cumplen, no hay que dejarse llevar por la frustración, sino ser conscientes de lo que somos, de la realidad. Como los niños, cuando les suspenden, no es porque sean tontos, sino porque no han dado todo lo que se espera de ellos. Y como son capaces se lo solicitamos. Es una prueba de confianza. Sin embargo, al crecer, en el ámbito personal, cuando somos los tutores de nosotros mismos, en vez de exigirnos, nos convertimos en indolentes, otorgándonos treguas y excusas hasta el engaño.

Mi conclusión es que tenemos tiempo y dedicación para lo que nos importa. Para lo que no, aunque en tertulias de café digamos que es así, mentimos. Al menos no me parece mal ser conscientes de ese engaño.

2 comentarios:

Maestra Jedy dijo...

Es curioso que seamos amigos y tan dispares.
Me alegra saber, que, eres capaz de "saber" que 2 veces a la semana, te va a pasar algo que contar en el blog y que serás capaz de expresarlo, lástima que yo no sepa si la inspiración llegará de día o de noche, el lunes o el martes, 2 veces o 16. una lástima no saber si tendré 8 entradas al mes o ninguna, en fín....es lo que tiene no tener objetivos.

(por cierto esto es un “déjà vu”) juraría que ya hemos hablado aquí de esto.

Tanto como ¿¿germánico y castrante??......en fin, exageras como siempre.

De este párrafo no digo nada, estoy de acuerdo en lo que dices.....no, espera....en lo de
“que no decidir, es una decisión” . No estoy de acuerdo, es una forma que utilizamos los cobardes para
justificar nuestra falta de valentía (por supuesto lo digo en plural porque suena mejor).

De este, mejor no decir nada, solo .......
No puedo dejar de ver en todo esto, un tinte de educación religiosa de años.........creyendo que solo la exigencia, el sacrificio, nos lleva al crecimiento personal. Pero esta bien, si a ti te sirve, no intentes convencerme a mi.

Anele dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.