lunes, 16 de junio de 2008

Antes de dormir

El halago debilita, la crítica fortalece; así reza un viejo adagio y repetía con nocturnidad un desaparecido cronista deportivo. En general estoy de acuerdo.

Hay algunas personas que cotidianamente nos animan enervan y desesperan pero son imprescindibles para ser nosotros mismos. Se nos olvida que están ahí, damos por hecho que es “lo normal”. Realmente pasamos por alto que somos unos privilegiados por poder contar con ellas sin pedirlo. Acabo de leer un correo y no me ha quedado más remedio que sonreír y dar gracias a Dios.

De oca a oca me asaltan en los recuerdos noctámbulos personas maravillosas que han pasado y pasan por mi vida: Familia, amigos, compañeros, alguna estrella perdida en un lejano mar… Me siento afortunado.Lo peor es que se me olvida a menudo.

Como ya el día está prácticamente vencido, voy a hacer(me) un buen propósito para mañana…

5 comentarios:

Ego dijo...

"Por supuesto que has de mantener a tus enemigos, a los mediocres, a los que están de relleno", me dijo E. 72 horas antes de considerarme enemiga, mediocre y de relleno. "Mejor ser borde que hipócrita", le he dicho a F. y a sus colegas mientras echábamos un cigarro. El mando a distancia me está mirando. Madeleine sin aparecer. Pero aún seguimos vivos.
Un (b)eso...

CriS dijo...

Y es que parece que lo que es habitual dejamos de tomarlo tan en cuenta como lo nuevo.. Parece que nos acostumbramos a ciertas cosas y en ese momento dejamos de darlas el valor que tienen... Pero lo que está, está, y vienen bien los toques de atención para no perdernos en lo absurdo.
Que bueno ese bálsamo antes de dormir..
besos para que al despertar no te falte otro bálsamo.

Maestra Jedy dijo...

No tiene mucho que ver o sí.
Lo descubrí gracias a una magnífica persona

Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma

Maestra Jedy dijo...

Espero que el buen propósito no fuera devolver un libro.
je,je,je,....Anda, no te enfades qué sabes, qué yo te quiero mucho.

jajaja....ya, ya lo sé.
No me quieras tanto ".... ", quiereme mejor.

Anele dijo...

El dolor de un grito se hace nada cuando escuchas un perdón.

Gracias.