lunes, 9 de junio de 2008

Consumismo

Me seduce el capitalismo y/o consumismo. Cada vez más.

Todos sabemos el truco, reconocemos ese engaño, esta falacia. El hecho de llevar una camisa determinada, unas zapatillas exclusivas o un pantalón de marca, no nos hace mejores y mucho menos, felices. Sin embargo, compramos con unas ansias desmedidas, dignas de cualquier politoxicómano adicto a psicotrópicos variados.

No lo podemos remediar. Reiteradamente acudimos a esos centros comerciales que desdeñamos y compramos compulsivamente lo que no necesitamos. Creemos que nos va a hacer mejores o mucho más atractivos. ¿Es o no divertido? Bueno seguro que tú estás limpio de esa ponzoña, pero Las Rozas Village está lleno de gente que no va allí.

Por eso lo admiro. Sabemos cómo funciona y seguimos cayendo.


La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
Proverbio chino

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me arreglo el pelo todos los días, pero no me dejan arreglar mi corazón.

Sólo quiero saber como hizo para hacer desaparecer la carga électrica...A lo mejor Seneca tiene la respuesta...Estoy deseando quedarme sólo con la electricidad estática.

Ego dijo...

A veces somos tan soberbios
que creemos que el corazón
viste con ropa de marca.
Somos así de humanos.
Damos pena.
Un (b)eso!