lunes, 30 de junio de 2008

Día después.


Tras la masiva e incontrolada ingesta de bebidas con un cierto contenido de alcohol, el día después está siendo malo, tirando a muy malo. Según he abierto los ojos, me he jurado a mí mismo, como tantas veces, que no lo vuelvo a hacer. Cierta sonrisa de satisfacción mitigada por un mal cuerpo de órdago. Boca pastosa. Estómago revuelto. En serio, no lo vuelvo a hacer. Ya sé que es mentira, pero es lo procedente.

Y es que con la edad, puedo dormir poco o beber mucho, pero no las dos cosas a la vez. Por eso ahora soy un fantasma que destila whisky por los poros y se va arrastrando. Como no todo va a ser tan lamentable como mi aspecto, el día –laboralmente hablando- está me está respetando hasta el momento. Mi tiempo de reacción cerebral tiende a infinito. Estoy medio cataléptico. Casi tengo que llamar a los bomberos para que me saquen de la cama. Después de la ducha... Épico.

Anoche, fue divertido. Nos dedicamos a abrazarnos con desconocidos, bailar, torear coches con banderas, mandar mensajes... De hecho casi la lío otra vez mandando a quien no debo. Varias confusiones. Medias lunas brillantes en el recuerdo. Generosidad a raudales, todo como si no costara. Bueno una vez cada 44 años, no está mal. A ver si pillo la siguiente Eurocopa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La victoria empezó cuando echamos a los italianos. Lo demás, a mi parecer, estaba más que cantado. ¡Nos tocaba!

A ver si el Destino no se hace el remolón y nos trae otra gran victoria pronto ;)
Saludos

Maestra Jedy dijo...

Las resacas nunca fueron buenas, es lo que pasa por descontrolarse y encima sin vergüenza ninguna. Yo también me he jurado a mi misma no volverlo hacer.


Por cierto conmigo también debió haber confunsión, no me llego ningun mensaje...Claro que ya se sabe, a buen entendedor pocas palabras basta.

Qué la fuerza te acompañe