domingo, 16 de noviembre de 2008

Vietnam

Pensé que no lo contaría, pero he sobrevivido.

Era algo pendiente. Sabía que estaba ahí, pero no veía el momento de hacerlo... Al fin me decidí. (Hay que reconocer que me indujeron... varios millones de veces) .

Me sentía como los soldados noveles en su bautizo de fuego: Hice limpieza general en mi cuarto, especialmente debajo de la cama. Era como Vietnam... Había un ecosistema ahí abajo, a 40cm. escasos de donde duermo plácidamente... Regresé del infierno.

Reuní una pequeña fortuna a base de monedas de 10, 20 céntimos de euro, sometí a mis pulmones a respirar un aire más cargado de polvo que los mineros asturianos de grisú pero lo logré y reuní unas pelusas del tamaño de arizónicas de chalé de La Moraleja. Descubrí de nuevo mi lado femenino, tengo más pares de zapatos de los que pensaba. Aunque no haberlos echado de menos durante meses o años, según el caso, me reconcilió con mi masculinidad. De hecho tengo varios pares iguales / semejantes de zapatos. Si me gustan, ¿por qué cambiar?

Después de barrer y fregar todo, intenté ordenarlo moderadamente. Lo malo es que no tengo mucho sitio y soy un sentimental así que lo he dejado más o menos como estaba, sin tirar casi nada, pero limpio para revivir de nuevo este momento en un futuro lejano...

También lavé las cortinas. Aunque nadie ha escrito en profundidad sobre el particular, sostengo que en cerebro masculino y femenino hay unas diferencias claras sobre el concepto "cortina". Lo digo completamente en serio. La feminidad percibe las cortinas (me refiero a cromatismo, longitud de las mismas, texturas, limpieza...) con una intensidad que a un hombre no le podrían enseñar ni en Harvard... Si por mí fuera, mi casa sería como las holandesas, donde han prescrito las cortinas para que se compruebe a todas luces que no hay nada que ocultar allá dentro... Aunque sé que jamás me dejarán... Al fin y al cabo soy un heredero del imperio romano venido a menos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajajaja...no sé que me ha hecho mas gracia lo de los zapatos o lo de las pelusas.

Me pregunto que otros tesoros habrás descubierto.

Últimamente me rio muchos con tus entradas. ¡Claro, que quizás tú no le veas la gracia!

NEFER

Anele dijo...

Se me olvidaba.
Yo te dejaría, sólo si la casa estuviese situada en lo alto de un peñasco de cara al mar.